Aves tradicionales de la Tierra de Campos, las codornices alegran las extensiones de cereales con su animado canto. Confitadas en grasa de nuestros patos, conservan su sabor auténtico y su suave textura, que han hecho de ellas un plato exquisito para deleite de su paladar.
Igualmente confitados, los Cochinillos de Segovia conservan la ternura y jugosidad que les hace tan famosos. El confit resalta la calidad de estos cerdos léchales de raza blanca criados en granjas seleccionadas de la Marca de Garantía Cochinillo de Segovia con leche materna hasta el momento del sacrificio cuando alcanza 20 días con un peso medio de 5 kilos.
Los Lechazos criados en granjas seleccionadas de IGP Lechazo de Castilla y León y de Raza Churra, con leche materna hasta el momento del sacrificio cuando alcanza 21 dias y una media de 6 kilos son confitados igualmente en grasa de pato. Una manera de saborear los dones de la Tierra a lo largo del año.
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